27.6.12

Hasta el fondo del Océano



Fue como una descarga eléctrica a lo largo de toda la columna, como la primera bocanada de aire después del coma, me erizó el vello y me paró el corazón durante tres segundos exactos. Parpadeé y seguías allí. Alargué los dedos y rocé tu mejilla con las yemas. Cómo puedes estar tan cerca, y a la vez tan lejos. Tus labios vuelven a por un segundo beso, y ésta vez apoyo la cabeza en tu pecho y aguanto la respiración, como si así el tiempo se fuera a parar. 


Tengo miedo.


Di las palabras mágicas, y se irá.


No te vayas tú, te necesito, sin ti cada día es sentarse esperar a que pase algo, pero sabes nada pasará y no tienes fuerzas para levantarte porque te pesan las piernas y los brazos. Y te encuentro en cada recuerdo y en cada canción, pero nunca al levantar la vista. Por eso duermo medio día para encontrarte en los sueños, pero tengo miedo de no despertar, de quedarme atrapada en ellos y hundirme hasta el fondo del océano. 


Nadaremos. Aprenderemos a nadar.