22.1.12


Se me gastan las mañanas
buscándote entre los andenes.
Se consumen las noches
como cigarrillos,
pensando...
que sin ti es menos vida.

Y es en la ingravidez de los sueños,
donde por fin te encuentro.
Sé que no te quedarás mucho,
que el sol, pase lo que pase,
saldrá mañana.

Y sólo duermo para soñar que te beso.
Sólo sueño, para despertar con mi boca,
enredada en tu pelo.

17.1.12

F*** off

Salimos con nuestras mejores galas. Listos para llenar nuestros pulmones con el apestoso humo de los cigarrillos y nuestros estómagos con tanto alcohol que podamos ahogar la ansiedad que araña sus paredes. Sentiremos el metálico sabor de la sangre que brota de la herida de nuestro corazón, en los labios. Callaremos con música estridente la persistente voz de nuestras cabezas que suplica que nos detengamos. Vibrará nuestro interior con el profundo sonido de los bajos, y nuestros pies, como una estampida, como la estampida de lágrimas que recorren nuestras caras sin que ni siquiera nos demos cuenta. Bailaremos hasta que nos ardan los músculos, y luego follaremos con gente que no nos importa, bebiéndonos el sudor mezclado con rabia, porque no podemos echar un polvo con quien realmente amamos. Y luego querremos huir. Lejos. Detente, no corras tanto. Pero no, no vamos a parar.



Porque somos jóvenes, guapos y estamos jodidamente tristes.



4.1.12


A veces, cuando paseo por las calles de mi nueva ciudad, F. pasea por mi mente.

Le conocí en mi primer año de universidad, y desde el principio fuimos inseparables. Él es de ésa clase de amigos por los que tienes sacarina en un estante de tu cocina, porque sabes que así prefieren el café cuando vienen de visita cada día. De los que sorprenden en tu cumpleaños en el umbral de tu puerta, escondiendo la cara detrás de un osito panda de peluche. Y te acompañan a casa de madrugada, después de la fiesta, sólo para que el amanecer os pille en el sofá, charlando y riendo.
Pero una noche, entre risa y risa, alguien lanzó un primer y tímido beso. Y así se jodió todo.

Seguramente, en nuestro juego de niños le rompí el corazón sin querer. Puede también que no le mirara a los ojos cuando me decía que vendría conmigo a cualquier lugar. Así acabamos planeando nuestro viaje a ésta ciudad...
A la que, al final, sólo he llegado yo. Y joder, le echo de menos más a menudo de lo que me gustaría. Claro que ni en un millón de años se lo reconocería. Probablemente se reiría, o se encogería de hombros y ladearía la cabeza, con las manos en los bolsillos. O me hablaría sobre sus razones para quedarse, sobre su chica, y yo por dentro sentiría inevitablemente esa amarga punzada de celos y tristeza al comprobar que ya no soy su preferida, que ya no hay locuras de viajes al extranjero que valgan. Pero especialmente no se lo reconocería, porque sé que le encantaría.

Lo que estoy segura sí sabe, es que siempre, siempre sigue habiendo sacarina en mi estantería.

2.1.12

:)

Y es que no siempre es fácil mantener la sonrisa. Para éste año que acaba de nacer, os deseo mil sonrisas de todas clases. Silenciosas, tímidas, de las que enseñas todos los dientes, de las que estallan en una carcajada, de las que contagian más sonrisas... Porque la sonrisa y la risa no sólo comparten letras.