28.8.10

¿Promesa?

Cada vez que ella viene de Madrid y yo estoy por la ciudad, nos encontramos en mi pub preferido para ponernos al día entre botellines de Shandy, jarras de cerveza y alguna canción de Pereza.
La primera vez que quedamos fue hace casi un año. Ese día nos resumimos nuestras nuevas vidas lejos de casa y nos interrogamos sobre estudios y chicos. Ella siempre tiene una buena conversación que regalarme y yo siempre estoy encantada de escucharla hablar sobre cualquier cosa, pero en especial sobre su pasión, la danza. Siempre innovando, siempre bailando.

Os encantaría Laura. Sin siquiera conocerla, os encantaría con sólo mirarla. Es de esas personas que derrochan dulzura, que encandila a cualquiera con esa carita de buena. Pero cuando baila es como si se transformase, derrocha fuerza, energía. Me encanta, porque de verdad lo siente. Porque vive intensamente su sueño.

Ese día nos recordamos no dejar nunca de lado nuestros sueños, porque si los dejásemos, si nos quedásemos vacías, no sería lo mismo el vernos, charlar y animarnos mutuamente a perseguirlos.
Así que en una de esas locuras por las que merece la pena estar loco, propusimos que antes de acabar el año nos deberíamos haber tatuado una frase que significase algo importante para nosotras, y sobre todo, nos animase a seguir adelante por muy cuesta arriba que esté el camino.
-Promesa ¿eh?.
-Promesa.




Ahora Laura nunca renunciará a la danza, y yo nunca olvidaré que el Cielo es el límite… para cualquier cosa.

26.8.10

Estoy tratando de decirte...

No te fíes si te juro que es imposible
no dudes de mi duda y mi quizás
el amor es igual que un imperdible
perdido en la solapa del azar

La luna toma el sol de madrugada
nunca jamás quiere decir tal vez
la muerte es un amante despechada
que juega sucio y no sabe perder

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte
que no salgo a buscarte porque se
que corro el riesgo de encontrarte
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.


No corras si te llamo de repente
no te vayas si te grito piérdete
a menudo los labios más urgentes
no tienen prisa dos besos después.
Se aferra el corazón a lo perdido
los ojos que no ven miran mejor
cantar es disparar contra el olvido
vivir sin ti es dormir en la estación.


Lo que más me apetece en este momento es volver a estar allí en Úbeda, viendo al Flaco volver a casa...


23.8.10


-¡Venga, dime quién es!
-No, no, le prometí que no te diría nada, bastante he dicho ya…
-Jo, pero es que entonces no voy a saber donde buscarle.
-Pues no le busques... él te encontrará.

21.8.10

Amor a primera vista

Estoy condenada a arrastrar conmigo adonde quiera que vaya ese dulce olor, el tacto de su suave piel, y la mirada de sus ojos grises.

Porque desde que le vi no soy capaz de pensar en nada más, sabía a lo que me arriesgaba al tenerlo entre mis brazos, pero aun así no me importó.
Y esque desde que su mano agarró mi pulgar, desde que, al sostener con infinita delicadeza esa cabecita, dejó de llorar con toda la fuerza de sus pequeños pulmones para echar un vistazo a esa idiota que lo miraba pasmada, y sonrió como diciendo: ‘Sí, yo también me alegro de conocerte’, desde ese instante sé que me controlará como a una marioneta, con sólo repetir esa sonrisa.

Ha merecido la pena la espera, pequeñajo.



19.8.10

"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nade descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio."

Carlos Ruiz Zafón

17.8.10



Otro día que se va por donde ha venido. Pasan tan rápido que he perdido la noción del tiempo. Hablando de tiempo, hasta el tiempo climatológico se empeña en volverme loca: hoy el día es gris, mañana quizá sea beige. Entre eso y que me he vuelto a ver durmiendo entre tazas de café y bolis subrayadores de todos los colores imaginables, en mitad de Agosto, creo que me he descolgado del mundo definitivamente. En realidad siempre he andado un poco perdida, pero este último mes se lleva el premio al más desquiciante.

No sé que hago sola en este piso, con la única compañía de palabras y conjugaciones anglosajonas que me asaltan la mente en sueños, recordándome que hoy tampoco daré un palo al agua porque anoche alguien deslizó una cerveza en mis manos y una sonrisa en mi retina. Saliendo a la calle asfixiada por el calor y regresando a casa corriendo resguardándome de la lluvia con el bolso. Qué asco. Qué cansancio de calor-frío. Y ahora me refiero a ti. Porque pareces bailar al compás del clima, tu cariño va y viene como las nubes de tormenta, descargando tu indiferencia sobre mí, que sólo tengo un bolso para protegerme.


Y yo no soy capaz de ir a buscar un paraguas. Ni de sentarme frente a los apuntes durante más de diez minutos seguidos. Con este panorama ya puedo imaginar la previsión del próximo mes…

Se esperan cielos nubosos, y borrascas anticiclónicas con posibilidad de litros y litros de precipitaciones.


Aunque quién sabe, el tiempo está loco. Quizá haya algún rayo de sol entre las nubes.



Todo esto cuando quiere llover y no llueve. Todo esto cuando quiero querer y no quieres. Cuando estoy suplicando que te quedes… y hace tanto que te vas

14.8.10

¿Vienes?


Era ese preciso momento en el que la luna y el sol comparten el cielo, pero era la luna quien ganaba la partida y el frescor de la noche empezaba a colarse por las mangas de mi camiseta.
Avanzábamos todo recto, por una carretera interminable que parecía llevar a ningún lugar, y en la que no se oía ningún sonido a parte del motor y tubo de escape de su enorme moto negra, y el persistente zumbido del viento en los oídos.
Me abracé a su cálido cuerpo y recordé las palabras que susurraba apenas un par de horas antes:
-Estoy harto de todo esto, te juro que me iría ahora mismo si no te hubiera conocido...
-Pues vámonos.
-¿Lo harías? ¿Vendrías conmigo a cualquier lugar?


Sonreí a su espalda mientras le estrechaba más contra mí. Pues claro, idiota,
Iría contigo al fin del mundo.

13.8.10

Frases (2)



-¿Es verdad que no has leído ninguno de estos libros?
-Los libros son aburridos.
-Los libros son espejos, sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro...

12.8.10

Sólo por hoy

Hoy estoy cansada. Es uno de esos días en los que te despiertas ya cansado, y el simple hecho de levantar los párpados constituye un esfuerzo insoportable. Por eso, simplemente, me quedo tumbada en la cama, con los ojos cerrados y sintiéndome más y más cansada. Cansada del calor agobiante que se adhiere a mi piel, de respirar fuego, cansada de estudiar cuando mi cerebro está dormido, cansada de desear estar en cualquier otro lugar, siempre y cuando pudiese disfrutar de luz natural. Cansada de sentirme culpable por cada precioso segundo que desperdicio tumbada, pero esque, como ya he dicho, hoy no tengo fuerzas para ser mayor. No tengo fuerzas para decir: Te necesito, ni para dar un abrazo a quien realmente lo merece. No tengo fuerzas para esbozar sonrisas falsas a la gente que no me importa, por el simple hecho de que yo no les importo a ellos. No tengo fuerzas ni para sentarme a la orilla de la barra del bar y contemplar a ese chico tan guapo. No tengo fuerzas para coger el teléfono y llamarte, porque estoy cansada, cansada de este juego que nunca se termina, y que si algún día termina temo que no sea como esos finales de película que acaban con un beso y un felices para siempre.

Hoy no quiero decidir, hoy, sólo hoy seré de nuevo pequeña y huiré del mundo de los mayores, de las responsabilidades y de las complicadas relaciones sociales, especialmente de esa llamada amor. Así que me esconderé bajo la cama de mis padres hasta que sienta que el mundo pesa un poquito menos. Sí, parece buena idea.

Pero cuando estoy en el umbral de la puerta de la habitación, veo a ese pequeño monstruito que es mi primo, revolviendo los cajones e intentando colocarse una de las corbatas de mi padre por la cabeza.
-¿Qué haces? –le pregunto
Me mira, asustado por verse pillado con las manos en la masa, y responde con expresión inocente:
-Juego a ser mayor.
Sin decirle nada más, continúo mi camino hasta la cama, me arrodillo y me meto bajo ella como solía hacer cuando tenía miedo al hombre del saco. Mi primo, mirándome extrañado, me pregunta:
-¿Y qué haces tú?
-Juego a ser pequeña.


Hoy no tengo fuerzas para enfrentarme al mundo de los mayores. Quizás mañana.

2.8.10

Frases (1)


"Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que cada uno encuentre la suya, algún día"


El principito

Usa protector solar

No recuerdo haber pasado tanto calor ningún otro verano. O eso, o soy yo quien se ha vuelto más calurosa. El caso es que hoy, para paliar esta flama agobiante que se nos echa encima a media tarde, aquí en el corazón de Andalucía, he decidido ir a la piscina, a falta del mar, que ahora no lo veo ni en fotos.

Cuando salía por la puerta es cuando mi madre, que no se queda nunca tranquila hasta comprobar que llevo comida para una semana, abundantes líquidos, y crema solar para embadurnar a media playa de Benidorm, se ha puesto a darme los mismos consejos que me soltaba cuando yo tenía ocho años. Y esque las madres se empeñan en vernos exactamente como el día de nuestra comunión. Ni un día más.
Yo, entre divertida e irritada, le aseguré que no me separaría de la escalerilla ni haría ahogadillas, ni nada de hacer el cabra. Pareció quedarse conforme, pero cuando ya iba yo a doblar la esquina de mi calle, la oí gritar a lo lejos: “¡Y usa el protector solar!”. No me ha quedado más remedio que reírme, porque las madres siempre tienen razón, y porque siempre seré esa niña vestida de comunión, pero con unos añitos más. He recordado, gracias a mi madre, este vídeo que precisamente se llama ‘Usa protector solar’, y he comprendido que los consejos, aunque los haya oído veinticinco millones de veces, nunca están de más, especialmente si vienen de las personas que más me quieren.