17.8.10



Otro día que se va por donde ha venido. Pasan tan rápido que he perdido la noción del tiempo. Hablando de tiempo, hasta el tiempo climatológico se empeña en volverme loca: hoy el día es gris, mañana quizá sea beige. Entre eso y que me he vuelto a ver durmiendo entre tazas de café y bolis subrayadores de todos los colores imaginables, en mitad de Agosto, creo que me he descolgado del mundo definitivamente. En realidad siempre he andado un poco perdida, pero este último mes se lleva el premio al más desquiciante.

No sé que hago sola en este piso, con la única compañía de palabras y conjugaciones anglosajonas que me asaltan la mente en sueños, recordándome que hoy tampoco daré un palo al agua porque anoche alguien deslizó una cerveza en mis manos y una sonrisa en mi retina. Saliendo a la calle asfixiada por el calor y regresando a casa corriendo resguardándome de la lluvia con el bolso. Qué asco. Qué cansancio de calor-frío. Y ahora me refiero a ti. Porque pareces bailar al compás del clima, tu cariño va y viene como las nubes de tormenta, descargando tu indiferencia sobre mí, que sólo tengo un bolso para protegerme.


Y yo no soy capaz de ir a buscar un paraguas. Ni de sentarme frente a los apuntes durante más de diez minutos seguidos. Con este panorama ya puedo imaginar la previsión del próximo mes…

Se esperan cielos nubosos, y borrascas anticiclónicas con posibilidad de litros y litros de precipitaciones.


Aunque quién sabe, el tiempo está loco. Quizá haya algún rayo de sol entre las nubes.



Todo esto cuando quiere llover y no llueve. Todo esto cuando quiero querer y no quieres. Cuando estoy suplicando que te quedes… y hace tanto que te vas

3 comentarios: